Expedición Trelew-Cabo Raso

Eléctrico y adrenalínico era el aire que respiraba cuando llegamos al lugar de salida, frente a la Isla Escondida. Después de andar aproximadamente 45 minutos por un camino de estepa costera llegamos a nuestro punto de salida. Playas amplias, mar azul y las restingas que asomaban cada vez más ya que el mar estaba “bajando”.

Descargamos los botes, el equipo y comenzamos a preparar nuestras embarcaciones.

Era tan intenso el viento que soplaba desde el continente que el nudo en la panza crecía cada vez más. Le pregunto a mi compañero Caco que tiene más experiencia,  si tenía cagazo y me dijo, si a vos que te parece………….cosa que aunque muchos no lo crean me alivió. El miedo era compartido

Una vez que tuvimos todo listo, mi compañero, Nico, se metió al agua para ver cuan complejo estaba. Luego, nosotras, en una embarcación doble, y nos dimos cuenta que era una situación que podíamos controlar.